CAPÍTULO 13 – ¿CREÍAS QUE TE IBA A ABANDONAR? -
CRIS:
Paula no pegó ojo en toda la noche, se quedaba mirando al
cielo mientras los demás dormíamos inquietos. Teníamos miedo de lo que pudiera
pasar, de las locuras que era capaz de hacer Paula.
-Óscar… -Susurré su
nombre y él me miró.
-¿Qué pasa?
-¿Qué vamos a hacer con Paula?
-Nada…
Volvió a hundir su cabeza en el abrigo y siguió durmiendo.
¿Nada? Con que eso era lo que él pensaba hacer… Pues yo no lo consentiría.
ÓSCAR:
Nos despertamos por la mañana, con los ojos rojos y una
sensación muy extraña. Miré hacia todos lados y empecé a pensar que algo había
ocurrido, pero Paula seguía allí, más furiosa que ayer y con fuerzas renovadas.
Buscaba venganza.
-Paula, debes tranquilizarte. –Sandra fue la única que se
atrevió a decir algo, y lo único que consiguió fue una mirada fulminante de
Paula. –En serio, ahora estamos todos juntos en esto.
-¿Y qué quieres que haga? –Preguntó furiosa, y luego gritó -:
¡¿Quedarme sin hacer nada mientras el asesino de Lorena anda suelto?!
-¡¡No!! –Todos se quedaron en silencio mientras me miraban.
–No vamos a quedarnos parados, averiguaremos quién la mató y luego él será el
siguiente en morir.
Paula pareció mirarme y darme las gracias, no se creía que
yo hubiese dicho eso, pero ella no me conocía.
-¿Dónde está Cristina?
Todos miramos rápidamente a Carlos y él nos enseñó una manta
que hacía bulto, justo donde debía estar ella.
-¿Nos ha traicionado? –Preguntó Sandra.
-Sí, seguramente se habrá dado cuenta de que yo buscaba
venganza y que no podía salir nada bueno de aquí. –Paula parecía tan convencida
como Sandra, pero yo solo me quedé parado, como en estado de shock.
-Yo no estoy tan seguro, –miré a Carlos y él parecía muy
seguro en sus palabras –si no se habría llevado a Óscar.
Sonreí pensando en que eso fuese posible, pero tenía delante
de mis ojos la prueba de que aquello era mentira. Se ha ido sin mí…
CRIS:
No tenía nada que hacer allí, buscar yo misma las respuestas
era lo correcto. No podría haberme quedado parada mientras que Paula buscaba
venganza y Óscar no estaba dispuesto a hacer nada. Me dolió, pero no les había
abandonado, por supuesto que no. Todos tenemos derecho a irnos por libres, al
menos eso es algo que se nos permite en los Ocen Games. Además estaba dispuesta
a volver cuando encontrase lo que quería.
Llegué al pueblo y empecé a caminar por un camino de
piedras, pasaba un parque y vi un árbol. Recordé todas esas veces que había
visto a Óscar subirse a un árbol e intenté hacer lo mismo, nunca lo había
conseguido.
-¿En serio la hiciste eso tío?
Oía pisadas, voces y risas. Eso solo podía significar una
cosa: profesionales. Siempre pensé que bajo tensión actuaba mejor por lo que
volví a intentar subirme al árbol.
-Ya ves, ella solo pudo chillar. –Más risas y reconocí la primera
voz en seguida.
-Tendría que haber estado allí.
Fer hablaba con otro profesional, pude verlo perfectamente
desde el árbol al que había conseguido subir. Tenía curiosidad por ver lo que
decían Marco y Fer, pero mi vida corría peligro y deseé que se fueran cuanto
antes.
Debe de ser que la suerte no está de mi parte y los dos
profesionales se pararon justo debajo del árbol, maldita sea.
ÓSCAR:
¿Debía confiar en ella o pensar que me había abandonado?
-Para de comerte el coco Óscar. –Carlos parecía sereno,
supongo que mientras no sea de noche puede ser muy fuerte. –Cristina volverá.
-¿Cómo puedes saberlo?
-¿Acaso no sabes que eres su mejor amigo?
-Si… Pero en la arena todo cambia.
-Ya lo sé… -Bajó la mirada tristemente. –Matar o morir…
Permanecimos en silencio durante unos minutos, hasta que la
voz de Sandra nos hizo volver a la realidad.
-Venga chicos, hay que hacer algo.
-¿Cómo qué? –Paula parecía dispuesta a cualquier cosa.
-Podríamos empezar por ir a la Cornucopia. –Mi idea pareció
agradarles y asintieron todos.
Paula, Sandra, Carlos y yo… No quedaba nadie más. Empezamos
a andar los cuatro en dirección al pueblo, Paula parecía conocer muchas cosas
sobre los profesionales.
-Lorena y yo los espiábamos todos los días, sabemos cuándo,
dónde y cómo hacen cada cosa.
Por la mañana se separan en dos grupos y patrullan su
“territorio”, como ellos llamaban a todo lo que va desde la iglesia hasta el
parque. Ahora mismo debería de haber un grupo en la iglesia y otro en el
parque, Paula no consiguió acordarse de nada más.
-¿Les empezamos a buscar por abajo? –Me miraron como si
estuviese loco pero yo empecé a andar y ellos me siguieron, algo me decía que
debíamos ir al parque.
CRIS:
-¿Cómo se llamaba la chica esa?
-Lorena… -Su solo nombre hizo que casi cayera del árbol.
-¿Has matado a una de tú Ocendistric? –Fer parecía
impresionado, pero luego empezó a reírse a carcajadas.
-Sí. –Marco se encogió de hombros. –Nunca me cayó bien.
Cuando de nuevo empezaron a reírse yo estuve a punto de hacer una locura.
Tirarle un cuchillo a la cabeza de Marco parecía la mejor opción, pero sabía
que Fer me descubriría y me mataría. No podía arriesgarme, no hasta que Óscar
supiera que no le he traicionado.
Se empezaron a mover, se irán por fin. Pasaron al lado del
árbol y fueron al otro lado, quiero saber que hacen y sentía mi espalda
desprotegida. Pero tenía miedo de que me pillasen y no hice ni un solo
movimiento. Volvieron a ponerse en mí vista unos minutos después, cuando
aparecieron con dos grandes piedras y se sentaron justo al lado del tronco,
apoyando su espalda en él.
-¿Te gusta mi arma? Tuve que matar a uno para conseguirla.
Marco le enseñó su arma a Fer, pero yo no pude verla. Pero
sí pude oír cómo se oía el filo de un arma poderosa. Pero no tenía miedo, solo
rabia porque había matado a Lorena.
-Yo la mía la guardo para una ocasión especial…
Bajé rápidamente la mirada y vi una enorme espada que brilló
cuando Fer la levantó al aire. Estuvo a punto de verme, pero estaba pendiente
de sus pensamientos.
-¿Quién es el capullo que mató a tú hermana?
-Carlos… -Fer siseó con fuerza y un escalofrío me recorrió
todo el cuerpo.
-Si quieres te ayudo a matarlo.
-No, sufrirá y luego yo lo mataré. –Hizo énfasis en yo.
Se oyó un ruido y miré hacia él, no podía creerme lo que
veía.
ÓSCAR:
Llevábamos ya unos minutos andando y cuando por fin
divisamos el parque nos quedamos petrificados. Dos profesionales estaban debajo
de un árbol, y justo encima de él se encontraba Cristina. Había sacado la
cabeza de entre las ramas y nos decía que nos fuéramos.
-Vámonos.
Miré a Carlos y vi como se había puesto tenso, preparaba una
de sus lanzas a forma de defensa. En seguida comprendí que había visto a Fer
allí y él solo quería huir.
-Seguro que ellos saben quién la mató. –Susurró Paula.
-Debemos salvar a Cristina, no podemos irnos.
Todos comprendimos que era verdad, aun que pensáramos que
nos había abandonado. Carlos también asintió y yo pude ver el enorme esfuerzo
que estaba haciendo, puse mi mano en su hombro y le di fuerzas. Empezamos a
andar en dirección a ellos.
CRIS:
¿Qué hacían allí? ¿Por qué estaban aquí? ¿Qué hacían
viniendo? Miles de preguntas empezaron a hacerse cola en mi cabeza y yo solo
pude ponerme a pensar. Sandra, Paula y Carlos preparaban sus armas y pude ver
el miedo en los ojos de Carlos. Miré al primer chico que venía, al que los
demás seguían. Óscar había sacado dos cuchillos que robamos la última vez de la
cornucopia. Levanté mi pantalón y justo debajo del calcetín pude ver uno de
esos cuchillos igual al suyo. Sonreí y miré hacia arriba. Justo el árbol de al
lado tenía muchas castañas y algunas de esas ramas estaban tan cerca de mí…
Entonces lo hice, en un intento desesperado de que no
pillaran a los locos que venían a rescatarme. Cogí tres castañas y las lancé
contra todo lo que hiciese ruido, en la dirección contraria a la que venían los
demás. Marcos y Fer cayeron de nuevo en la trampa, exactamente igual a la que
se me ocurrió en la iglesia la noche en la que murió Néstor. Los dos
profesionales salieron corriendo en seguida y yo aproveché para bajar
rápidamente y correr hacia Óscar. Intenté bajar por el tronco pero acabé
dándome un golpe en el tobillo, aun que ahora mismo no me importaba lo que le
pasase. Eché a correr hacia ellos y llegué por fin a su lado.
-¿Creías que te iba a abandonar? –Le pregunté mientras
sonreía. Nos dimos un abrazo y luego me dirigí a Paula. –Ya sé quién mató a
Lorena.
-¿Quién? –Sus ojos tenían esperanza, esperanza de vengar a
su aliada.
-Marco.
De repente oí a Fer gritar y decir un millón de palabrotas.
Se había dado cuenta de que le había engañado, de nuevo.
ÓSCAR:
Nos quedamos atónitos mirando como Cristina lanzó algo al
aire y acabó chocando contra algo. Los profesionales fueron tras los ruidos y
ella aprovechó para bajar del árbol, creo que se hizo daño al caer pero no le
presté mucha atención.
-¿Creías que te iba a abandonar?
Yo solo pude sonreír y abrazarla. Pero todo se torció y los
dos profesionales vinieron furiosos hacia nosotros. Paula les quería plantar
cara pero todos sabíamos que ella no saldría viva de esto, y lo más probable
sería que no consiguiese completar su venganza.
Nos quedamos por ella, apoyándola. Pero insistíamos en irnos
cuanto antes. Sandra se acercó a ella, le dijo varias frases que no pudimos oír
y Paula dijo:
-Será mejor que nos vayamos.
Y echamos a correr, con dos profesionales enfurecidos detrás
de nosotros.
ME HA ENCANTADO!!!!!!
ResponderEliminarGRAXX por subir.
Pasate por mi blog, wuapisima!!!
Oooins, qué monosos, como se quieren ^^.
ResponderEliminarGracias a Dios, han salido todos bien. Ahora a matar a Marco... Muejejejeje.
¡Un beso!