CAPÍTULO 2 -LA ARENA-
OSCAR:
Una vez que los veinticuatro
tributos estamos en los cilindros empiezan a subir.
Nos miramos las caras los unos a
los otros y después miramos a la cornucopia para ver que es lo que podemos
coger. El tiempo ya esta activado, es eterno y no ayuda saber que
cuando pises tierra vas a estar muerto en cualquier momento.
Solo quedan doce segundos cuando
el chico del once pega un salto desde su
cilindro al suelo y sale volando por los aires. Todos ponemos cara de angustia,
pero volvemos a mirar el tiempo, ¡solo quedan 4 segundos! 3... 2... 1... suena el
cañonazo y todos los tributos nos vemos envueltos en el baño de sangre.
Rapidamente nosotros dos nos
juntamos y cogemos algo de comida y armas mientras que los demás tributos se
pelean y se matan entre ellos.
Veo como el tributo masculino del
seis, Carlos, le clava una lanza a la chica del tres, Marta. No puedo hacer nada más que mirar como el compañero de Marta, y hermano, llamado Fer, sale corriendo hacia Carlos con ansias de venganza.
Cristina me coge del brazo y nos
perdemos entre las calles y caminos que hay.
Se escuchan los gritos que salen
de la cornucopia. Y nosotros nos subimos a un tejado para que nadie nos vea. Abrimos la
mochila para ver lo que tenemos: cuatro cuchillos, un látigo, dos botellas
vacías, un abrigo, frutos secos, manzanas y un royo de cuerda.
Planeamos un plan para mañana. Cris está convencida de que no
podemos quedarnos aqui eternamente. Por lo que empezamos a discutir:
-Este podría ser nuestro sitio- Dice Óscar – es
perfecto.
-No, nos encontrarían.
-Eso no es cierto.
-¿Si nosotros hemos encontrado este sitio porque ellos no?
***
Tras una larga discusión acabamos los dos dormidos.
Cris me despierta nada más escuchar unos pasos por esa misma
calle, nos asomamos desde el tejado y vemos a dos profesionales del uno, Fenix
y Laura, y al masculino del dos, Edu.
Nos volvemos a meter en el tejado, van rompiendo puertas para entrar en las casas y matar al que haya dentro. Suena
el himno y aparecen la cara de los tributos muertos. Aparece la chica del dos llamada
Diana, la del tres Marta, los dos del diez, el chico del once, y por último la tributo femenina del doce.
Han muerto seis en el primer día.
Al día siguiente nos despertamos
y de inmediato decidimos irnos a otro lugar.
Pensamos en que al ser el segundo
día todos estarán por el pueblo, así que decidimos irnos a las montañas que nos rodean.
Una vez en la montaña sacamos las
armas para cuando nos encontremos con un animal matarlo para la comida o la
cena.
No nos encontramos con nada. Nos
parece raro que los patrocinadores y mentores no hayan hecho ninguna aparición. Estos juegos nos quedan demasiado grandes a los dos, los demás tributos o son más mayores, o más fuertes, o más altos, o incluso más rápidos...
-Los del uno, dos y cuatro tienen que estar en la
cornucopia. -Me informa Cris. -Todos los años están.
-Si, se quedan en la cornucopia para no tener que cazar,
se quedan con la comida del Ocentolio.
-Es bueno que nos hayamos alejado de ella.
Es la hora de comer, nos ponemos
en la sombra de un árbol a comer las manzanas y los pocos frutos secos que
quedaban.
Empezamos a andar sin parar, ya
casi deshidratados por el sol. Se ve un camino abajo. Un camino ancho donde el
aire es húmedo y huele a verduras. Por hay pasa un río, un pequeño río de
limpias aguas. Bebemos y después llenamos las botellitas para el camino. De
entre los árboles del campo sale la chica del siete, Aitana, con dos cuchillos
en cada mano y dispuesta a matarnos. Se abalanza contra nosotros dos,
pero nos apartamos y cae al suelo. La decimos que no queremos matar a nadie y que si
se quiere aliar con nosotros. Aitana nos mira y dice que como puede confiar en
nosotros. La tiramos la bolsa de manzanas a los pies y se agacha a cogerlas.
Mete la mano, coge una y nos devuelve la bolsa.
-Aliados entonces.
Nos ponemos a caminar hacía la
montaña por donde hemos venido, nos desviamos hacia el otro lado encontrándonos
con un árbol lleno de cerezas. Los tres pensábamos que estamos muy lejos de
la cornucopia, pero nos asomamos por el barranco y hay estaban los
profesionales tumbados en el suelo atiborrándose de comida.
¡Ahora eran mas! Laura, Fenix,
Edu, Fernando del tres y Marcos del nueve.
Necesitábamos algún plan para coger algo de esa comida.
Necesitábamos algún plan para coger algo de esa comida.
Aitana y yo distraeríamos a los
profesionales mientras que Cristina robaba la comida metiéndose en la
cornucopia.
-Si nos separamos quedamos en el río donde encontramos a Aitana – Dice Cristina.
-Si nos separamos quedamos en el río donde encontramos a Aitana – Dice Cristina.
Dicho y hecho, Aitana y yo nos pusimos
delante de los profesionales para que nos siguieran. Nos pusimos a correr en la
misma dirección que antes, hacia el monte. Entre tantos árboles los perdimos y fuimos al río,
allí nos esperaba Cristina con tres mochilas llenas de comida y armas nuevas.
Esta vez acampamos en medio del
bosque. Aitana fue a encender una hoguera pero no la dejamos. Si encendemos una
hoguera nos encontrarán. Durante antes de cenar Cristina desaparece durante un tiempo y empiezo a pensar que la hayan podido coger, entonces se oye un grito y el cañonazo viene después. Me levanto de un salto y corro unos metros por donde se fue, pero ella aparece asustada y con las manos llenasde moras. No tengo ni idea de donde las habrá sacado pero no pongo objeciones, doy gracias por que esté viva.
Estamos despiertos, comiendo
desesperadamente sentados en el suelo mientras miramos al río. Se ven los pocos
y diminutos peces que hay. Mientras Aitana intenta cogerlos nosotros dos estamos hablando con los pies descalzos metidos en
el agua. Se escuchan unas voces que se acercan así que nos escondemos detrás de
los matorrales camuflando las mochilas
para que no las vean.
Era Marco del cuatro. Iba
hablando solo, haciendo sus propios planes sobre asesinar y nosequé de venganza. Seguro que él ha matado al último tributo que ha muerto. Cuando se va volvemos a
salir y Aitana vuelve a intentar coger peces. Esta vez nosotros hablamos donde
las mochilas pero nos interrumpe el himno que suena a todo volumen.
Cuando se acaba sale la cara del chico del doce. Nos metemos en los matorrales y nos dormimos.
CRIS:
Al amanecer descubro que la cabeza de Aitana está sobre la pierna de Oscar y la cabeza de Oscar esta sobre mi estomago vacío. Dejo la cabeza de Oscar encima de un jersey y me subo a un árbol para coger los huevos de un pájaro.
Al amanecer descubro que la cabeza de Aitana está sobre la pierna de Oscar y la cabeza de Oscar esta sobre mi estomago vacío. Dejo la cabeza de Oscar encima de un jersey y me subo a un árbol para coger los huevos de un pájaro.
Una vez que los tres estamos
despiertos nos comemos los huevos que he frito sobre una piedra al sol.
Nos ponemos a caminar hacia la
montaña y cuando estamos arriba podemos observar una casa vieja que esta al lado
de un río enorme. Bajamos corriendo y en la entrada pone: MOLINO.
Cogemos agua y la metemos en
nuestras cantimploras casi vacías. Nos metemos en el río para intentar limpiarnos toda la suciedad del suelo.
Después empezamos a comer en la parte
trasera de la casa cuando se escucha un grito agudo y luego suena el cañonazo.
Los tres nos escondemos y aparece Marco de nuevo. Con un cuchillo lleno de
sangre. Lo mete en el río, lo lava y se va.
Volvemos a salir cuando vemos el
aerodeslizador que se lleva un cuerpo, del que cuelga una melena dorada.
Después encontramos una cueva un
poco más allá del molino. Tiene una pequeña entrada de medio metro por la que
tienes que pasar tumbado. Ese era un buen sitio donde poder escondernos hasta
ser los últimos pero nos damos cuenta que hay tres pequeños zorros acurrucados
en una esquina, así que salimos despacio y nos vamos. Aun que si por mí fuera habrían sido una comida estupenda, pero Óscar se niega a matarlos.
Por el camino nos encontramos a
Fenix y a Fernando cada uno con un par de cuchillos, un hacha y un arco.
Saco las armas que tenía en la mochila y se las reparto a Aitana y Óscar, yo ya tenía mis armas en el cinturón y por todo el pantalón.
OSCAR: Empezamos a correr hacia ellos mientras Aitana les ataca con un arma que ha conseguido nueva Cris, mientras que esta no para de lanzar cuchillos cortando todo lo que se les pone por medio. Yo por mi parte, intento hacer lo mismo con el látigo. En un momento siento
un flechazo en la pierna y caigo al suelo. Fernando se tira sobre mí para clavarme la espada en la cabeza, pero Aitana le interrumpe el paso y Cris le clava un cuchillo en la tripa. Los parpados me pesan y se me cierran los ojos.
CRIS: Saco las armas de la
mochila y el primer cuchillo que encuentro en mi cinturón se lo tiro a Fenix, le doy en el
brazo y él me da con la espada en la tripa de inmediato. La raja que me ha
hecho no ha sido profunda pero me mareo bastante. Pierdo sangre y caigo al suelo
viendo como Aitana se pelea con Fénix y Fernando.
Despertamos casi por la noche y
Aitana nos ha hecho una cama de juncos que ha cortado del río. Cenamos y al
rato suena el himno y sale la cara de la chica del once que es la que mató Marco.
Después de eso le damos las gracias a Aitana por todo lo que ha echo por nosotros. A partir de mañana les plantearé entrenar con las armas.
Me encanta! Escribís muy bien. Me da pena que solo pueda salir uno...o pueden salir mas? Ojalá sea así
ResponderEliminarUn beso enorme
Por ahora no sabemos cuantos pueden salir pero al final lo averiguaremos!
EliminarTodavía no se sabee Beid!
EliminarMe encanta que te encante xD
Besoss
OMG!!! Sabías que yo me llamo Aitana?!?!?! Quefuertequefuerte!! Soy vuestra aliada! Me encanta esta historia, no podía parar de reír cuando he leído lo de Ocentolio! Puajajajajaja!!! Besos:))
ResponderEliminarSip, ¡sabía que te llamabas Aitana por el Tuenti! ;)
EliminarNos encanta que te gustee!! Y creo que es una historia muy original!
Besoss y bienvenida de nuevo!